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OUTLOOK 2026 Speed: adictos por la liquidez

OUTLOOK 2026 Speed: adictos por la liquidez

En nuestro Outlook de diciembre 2024 previmos que la contundente victoria de Donald Trump en las elecciones estadounidenses junto con el sweep republicano (“barrida” republicana) que logró mayoría en las dos cámaras (House of Representatives o Cámara Baja y Senado o Cámara Alta) serían determinantes en las tendencias de los mercados para este año por el impacto en política económica, fiscal, comercial y de inmigración.

Previmos que el riesgo geopolítico prevalecería y fue así gran parte del año, no obstante, se ha avanzado hacia un mundo algo menos conflictivo.

Que la economía estadounidense seguiría dinámica y que Europa seguiría mostrando debilidad económica también fue algo que previmos. En lo que no acertamos, y la mayoría del mercado tampoco, fue en la acentuada debilidad que mostró el dólar, principalmente durante el primer semestre del año.

Y es que los mayores aranceles por parte de EE.UU. -los más altos desde 1934-, no se tradujeron en mayor inflación ni en una caída significativa del comercio internacional. Esto permitió al Banco de la Reserva Federal -Fed- continuar con los recortes de tasas de interés, acentuando la debilidad del dólar.

En este contexto nos acercamos a cerrar un 2025 excepcional en cuanto a retornos, tanto para las acciones, como para los bonos y la mayoría de las materias primas. Un año en que a pesar de la incertidumbre geopolítica y comercial, guerras frías y calientes, los mercados se han alzado con fuerza de la mano de estímulos fiscales y monetarios, abundante liquidez y el impulso de la inteligencia artificial (IA), entre otros factores.

Noviembre logró extender un mes más el rally de las acciones estadounidenses, pero estuvo marcado por la alta volatilidad intra-mes. El S&P500 logró reversar las pérdidas que acumuló en lo corrido del mes y terminó con una subida marginal de 0.1%, extendiendo a 7 meses consecutivos las ganancias.

Para 2026, en un escenario donde la política fiscal y monetaria en Estados Unidos es expansiva, el mercado estima que los recortes de tasas de interés serán más agresivos de lo que proyecta el Fed, impulsados por factores políticos y no tanto por debilidad económica. En este sentido, la mediana del dot plot de la reunión de diciembre sugiere que en 2026 habrá una baja de tasas de 25 pbs. adicional, en tanto el mercado todavía internaliza dos. Por otro lado, y de momento, el candidato más probable para liderar el Fed a partir de mayo es el asesor económico de la Casa Blanca Kevin Hasset, quien es cercano a Trump.

Con una política monetaria que seguirá siendo expansiva, a lo que se suma en el mismo sentido la política fiscal, Estados Unidos crecería en 2026 y 2027 1.9% y 2%, respectivamente, levemente sobre el potencial (1.8%).

En materia de inflación, los datos muestran una tendencia a la baja, especialmente en servicios y alquileres, lo que sugiere que no habrá presiones significativas por alzas en el nivel de precios en los próximos seis a doce meses. Por su parte, el auge de la inversión en inteligencia artificial genera presiones deflacionarias que ayudarán a mantener contenida la inflación.

En este escenario, sumado a la expectativa de una política monetaria que seguirá siendo expansiva, persistirá la debilidad del dólar, favoreciendo a mercados emergentes y materias primas. América Latina se perfila como una de las grandes beneficiarias del nuevo orden económico y político, impulsada por el renovado interés de Estados Unidos ante giros políticos hacia una tendencia más promercado y la creciente inversión china en la región. Este doble apoyo, sumado a un ciclo favorable para materias primas, refuerza las oportunidades para Latinoamérica en los próximos años.

China, por otro lado, se consolida como un actor clave en la economía global y en los mercados emergentes. A pesar de la percepción de muchos inversionistas como mercado “no invertible”, hoy no se puede ignorar a la segunda economía más grande y uno de los mayores mercados bursátiles. Así, China seguirá desempeñando un papel central en la diversificación internacional y en el dinamismo económico y tecnológico.

El oro, por otro lado, mantiene su atractivo como activo defensivo, mientras que la diversificación internacional cobra fuerza, con flujos que deberían migrar hacia mercados rezagados y con valorizaciones más holgadas como Europa.

De cara a diciembre y a posicionarnos para comenzar el año 2026, se mantiene la cautela tras un año de retornos excepcionales, dado que factores como inflación, tensiones geopolíticas o dificultades en la ejecución de grandes proyectos podrían erosionar el apetito por riesgo. Mantenemos un neutral en acciones y subponderación de bonos mientras se mantiene el oro como activo defensivo, al igual que la posición en caja como refugio ante eventos que podrían inyectar volatilidad al mercado.

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